Los orígenes de los nombres de las dos ciudades – Tu visita a Úbeda y Baeza
05 de Mayo de 2020
Baeza
Vivatia o Biatia, Bayyasa, hasta llegar a Baeça, fueron los nombres por los que fue conocida la histórica ciudad de Baeza, el famoso “Nido de gavilanes” referido en el Romancero castellano desde el siglo XV.
Los primeros pobladores formando comunidades neolíticas en pequeños asentamientos estacionales de la zona se remontan al quinto y cuarto milenio a.n.e. y, en época íbera, el Cerro del Alcázar, en la actualidad la zona arqueológica más importante de Baeza, fue un poblado ibérico ya consolidado hacia el siglo IV a.n.e. Pero fue durante los siglos II y I a.n.e., durante la dominación y etapa imperial romana, cuando aparece citada en varios textos clásicos de Plinio y Ptolomeo, con el nombre de Vivatia o Biatia, convertida en un sólido centro administrativo y de intercambio comercial gracias a su ubicación en el eje comercial que iba de Cástulo a Málaga.
La época visigoda no le restará importancia, pues Biatia llega a constituirse en sede episcopal y bajo los reinados de Tulga y Chindasvinto se acuña moneda y algunos oratorios como el de Valdecanales (Rus) y el de La Veguilla (Úbeda) formaban parte de su demarcación de diócesis.
Su denominación como Bayyasa corresponde a su ocupación por las tropas musulmanas a partir del siglo VIII. Bajo diversos reyes de Taifas, con los almorávides y posteriormente los almohades, su situación estratégica le confiere una gran importancia a lo largo del Medievo.
Reyes cristianos (Alfonso VII y Alfonso VIII) la tomarán y la perderán en varias ocasiones. Bayyasa será conquistada definitivamente en 1227 por Fernando III El Santo recuperando la condición de Baeça como centro diocesano en la Baja Edad Media (s. XIII-XV), lo que le reportó privilegios papales que incluso permitieron la coexistencia de las catedrales de Baeza y Jaén dentro de la misma diócesis tras el traslado de su sede a la capital.
Úbeda
Cuenta la leyenda que Úbeda fue fundada por Túbal, un descendiente de Noé. Pero el origen etimológico del nombre de la ciudad es fruto de muchas hipótesis y algunas certezas.
Teniendo en cuenta la arqueología y en especial en el yacimiento de las Eras del Alcázar (borde Sur de la ciudad, actualmente Barrio del Alcázar), los primeros asentamientos humanos se sitúan en la Edad del Cobre, aproximadamente en el séptimo milenio a.n.e. En dicho yacimiento se han podido documentar científicamente restos también de la Edad del Bronce, argáricos, íberos oretanos, visigodos y tardorromanos.
Algunas fuentes hablan del mítico torreón del rey Ibiut, fortaleza defensiva prerromana, del que derivaría el nombre de la ciudad, remontándose a la cultura íbera Oretana. Hubo un oppida íbero que más tarde dependería de la colonia romana de Salaria (conocida como Úbeda la Vieja – Ubeda Vethula –) situada frente a la desembocadura del río Jandulilla en el Guadalquivir.
Una vez romanizada, será conocida como Baetula – Bétula- por su ubicación cerca del río Guadalquivir o Bethis.
Pero fue a partir de la dominación musulmana cuando, en el lugar de los anteriores asentamientos, se funda la ciudad de Madinat Ubbadat al Arab (Úbeda de los árabes), bajo Abd al-Rahman II, convirtiéndose en un importante bastión de Al-Andalus. Tras su castellanización pasó a llamarse Úbeda.